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29 octubre 2008
Fallout 3
Violento, desarraigado, inabarcable… un cautivador mestizaje con más de Oblivion que del clásico Fallout.
Bethesda recoge la exitosa fórmula Oblivion y la lleva al mundo Fallout. El resultado es fascinante. Un cruce de caminos con más de Elder Scrolls que de Fallout, pero un título de rol igualmente disfrutable y apasionante, que viene a enriquecer todavía más el fastuoso catálogo RPG de Pc. ¿Mejor o peor que Oblivion? Descúbrelo con nosotros.
Las preocupaciones de los aficionados estaban bien fundadas. La compra de los derechos de Fallout por parte de Bethesda Softworks parecía augurar un futuro para la saga que obviara su glorioso pasado para sumergirse en el no menos interesante presente de las series The Elder Scrolls.
Y es que los fans de los Fallout originales seguramente tendrán serios problemas para reconocer ante lo que se encuentran pues, salvo la ambientación postapocalíptica, el resto está cambiado prácticamente por entero. Sin embargo esta falsa tercera entrega de la saga no deja por ello de ser un profundo, intenso e inmersivo título de rol como al que pocas veces nos hemos enfrentado.
This is the Way the World Ends…
Fallout 3, como toda buena historia, comienza aportando la menor información posible, y emplazándonos a nosotros –el jugador- a ser precisamente quienes la descubramos profundizando en el videojuego.
En el año 2277 encarnamos a un niño que vive con su padre y el resto de una comunidad en un bunker, el Refugio 101. Totalmente aislados de los acontecimientos que se suceden en el exterior, y bajo una suerte de civilización con sus propias normas y leyes; la mayoría de sus ciudadanos han crecido ajenos a que en el exterior la tierra ha sido devastada por una guerra nuclear.
Nuestros primeros pasos, de hecho, los damos como bebé en un prólogo a modo de tutorial de movimientos, tan ingenioso como poco necesario. Los años transcurren a toda velocidad mediante elipsis temporales, y rápidamente saltamos a nuestro décimo cumpleaños, donde se nos facilita el Pip-Boy 3000 para hacer frente “a nuestras primeras responsabilidades”, y más tarde en la misma fiesta donde nuestro padre nos hace el siniestro regalo de un arma.
No daremos más detalles sobre el argumento pues, como decimos, el principal atractivo de Fallout 3 es el hecho de descubrirlo por nosotros mismos. Tan sólo apuntaremos que nuestro padre abandona el Refugio 101 sin decirnos palabra, y que tras una invasión de criaturas nos veremos obligados a abandonarlo para salir en su búsqueda.
Hasta entonces hemos transcurrido poco menos de una hora en el mundo del videojuego, y habremos vivido un sin fin de situaciones. En primer lugar habremos asistido a nuestro propio nacimiento donde, en una introducción tan ingeniosa como en realidad poco profunda, comenzaremos a dibujar los primeros esbozos físicos de nuestro personaje. Así escogemos sexo, nombre, raza, y el rostro entre las diez posibilidades predeterminadas de cada tipo. Si queremos editarlo a fondo podemos dar paso a las opciones para el rostro –ojos, cejas, nariz, boca, mejillas, etcétera-, además del tono de la piel, el tipo de peinado y la presencia o no de bello facial.
La importancia del aspecto del héroe es nula a lo largo del título, y el editor es ciertamente rudimentario, pero siempre se agradece tener cuanta más personalización mejor. Quienes tuvieran la fortuna de probar Oblivion se familiarizarán rápidamente con esta herramienta, pues a pesar de los cambios estéticos en esencia ésta es igual de accesible y, por qué no decirlo, de limitada.
Soy el Alfa y el Omega. El Principio y el Fin
Como decimos nuestra experiencia en el refugio 101 dura cerca de una hora, y eso únicamente para definir a nuestro personaje, ya que Fallout 3 es un videojuego que se lo toma todo con mucha calma.
Nuestro primer contacto con el desarrollo del personaje que todo juego de rol debe tener viene de la mano del libro Tú Eres Especial que encontraremos al principio de la partida en la fase de bebé. Bajo las siglas “Special” se esconden los siete principales atributos entre los que podemos repartir nuestros puntos de experiencia durante toda la partida: Fuerza, Percepción, Resistencia, Carisma, Inteligencia, Agilidad y Suerte.
Más tarde, y ya como fruto de nuestro crecimiento, nos someteremos a un examen que tiene que superar todo ciudadano de esta pequeña comunidad cuando alcanza los 16 años. Se trata del GOAT –Generational, Occupational, Aptitude Test. Algo así como el Test Generacional de Aptitud Ocupacional, una técnica muy habitual en Estados Unidos para orientar a los jóvenes sobre su posible futuro. Aquí se nos hará una serie de preguntas, algunas de ellas muy divertidas, que con las respuestas que facilitemos dictarán la clase de persona que podemos ser.
Al final del test de preguntas se nos informará del resultado, aunque si no estamos conformes con éste lo podemos alterar, pues según el propio profesor, todo el cuestionario no tiene demasiada importancia. Las catorce habilidades que aparecerán entonces podrán ser modificadas ligeramente, escogiendo tres de ellas que podremos potenciar ya al comienzo de la partida.
Así mejoraremos nuestra capacidad para el comercio, la efectividad con las armas grandes –lanzacohetes, lanzallamas, ametralladoras-, la efectividad con las armas de energía –rifles laser-, nuestro manejo de los explosivos, la habilidad para abrir cerrojos, los conocimientos de medicina para reponer nuestra salud, el combate cuerpo a cuerpo, la destreza para reparar objetos y armas, la capacidad para hackear ordenadores, la pericia con armas pequeñas -rifles de asalto, pistolas, etcétera-, el sigilo, la labia y la lucha sin armas.
Cada vez que subimos de nivel accedemos a todos estos menús, y progresamos con nuestro personaje en las diferentes habilidades. Además iremos desbloqueando las Ventajas, es decir bonus para determinadas características en los que podemos obtener un plus, y que aparecerán en función de las decisiones que vayamos tomando. Por poner un ejemplo podemos ser especialmente duchos en el diálogo con el sexo opuesto, y tener opciones extra a la hora de tratar con ellos o incluso más efectividad al intentar matarlos.
Disparando a Todo lo que se Mueve
Fallout 3 da un giro radical en el planteamiento de lo que era la saga homónima. Black Isle Studios, los desarrolladores del original, siempre se enorgullecieron de haber creado un videojuego que podía superarse sin matar a nadie. Empleando el diálogo y el sentido común para superar las situaciones. Tras recoger el testigo Bethesda, todo esto se fulmina de un plumazo, y propicia que nos encontremos ante un videojuego de rol eminentemente marcado por la acción.
Ya dando nuestros primeros pasos por el mundo exterior comenzaremos a encontrarnos enemigos, y a pesar de que a menudo intentemos evitarlos para ahorrar munición o por andar cortos de salud, en la mayoría de ocasiones será imposible por su impresionante distancia de visión.
Dentro de este, por lo tanto, inevitable combate hay varias opciones por las que optar, aunque la más recomendable es siempre el arma de fuego, por su eficacia, por que su manejo es mucho más acertado, y porque reduce nuestra exposición al daño, especialmente con las criaturas.
Fallout 3, como ya adelantamos en su momento, presenta dos vertientes de combate, la que abarca los turnos y el tiempo real. Esta segunda no merece mayor descripción, y se adapta con acierto a lo que podemos esperar de cualquier shooter en primera persona.
Fallout 3 - PC.
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