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20 noviembre 2008

Smash Court Tennis 3


El tenis de Namco debuta en la next-gen enfrentándose a unos rivales en plena forma

Smash Court Tennis va por la tercera entrega, que debuta en la Next-Gen con un videojuego olvidable. Gráficos pobres, jugabilidad algo anticuada y una IA tremendamente irregular para otra nueva propuesta de tenis que no puede competir con grandes de la talla de Top Spin o Virtua Tennis.

Dos compañías mandan en el particular ranking ATP de los videojuegos de tenis, y son SEGA con su Virtua Tennis y 2K Sports con su Top Spin. Cada vez que un nuevo título aparece con intención de plantar cara nos mostramos especialmente interesados por él, pues ardemos en deseos de encontrar una propuesta que medie entre el salvaje estilo arcade de uno y la excesiva seriedad en la simulación del otro.



Namco presenta Smash Court Tennis 3 para Xbox 360, que pese al salto a una consola tecnológicamente más potente es sensiblemente inferior en la práctica totalidad de sus apartados a la interesante última entrega que pudimos disfrutar en 2004 para PlayStation 2.


¿Puede ser el Tenis un Deporte Aburrido?
La respuesta al encabezamiento que abre esta parte del análisis es obviamente afirmativa, y Smash Court Tennis 3 se ocupa de demostrarnos cómo. Hay concretamente cuatro problemas mayúsculos que hacen de este videojuego algo tedioso, y los cuatro estropean por completo un título que podría haber sido muy competente.


El primero es el ritmo. Todo el juego en este videojuego transcurre a un ritmo sorprendentemente lento, sin tomar en consideración la velocidad de los golpeos o el tipo de pista. No importa que carguemos la barra de disparo potente al máximo, los golpeos siempre parecerán un insulso peloteo de calentamiento entre un tenista profesional y su entrenador.



¿Siguiente problema? Derivado directamente del primero. Como el ritmo es tan lento los tenistas se ajustan a éste para que alcanzar la pelota no sea demasiado fácil. Así la diferencia entre un tenista especializado en la velocidad como podría ser Nadal y otro que no brilla en este aspecto es escasa, pues ambos serán igual de lentos.


Si tuviéramos que enmarcar a este título cerca de Virtua Tennis o de Top Spin en lo que se refiere a su tratamiento del deporte, podríamos decir que se acerca más al segundo. No obstante cualquier intención de simular de forma realista un deporte tan complejo como éste se viene abajo por las imprecisiones del control, el tercer manifiesto problema.


Cuesta muchísimo tratar de apuntar hacia los lados de la pista, y es que por cómodo que sea el raquetazo será realmente difícil no mandarlo hacia el tercio central de la cancha. Esto acaba resultando poco menos que traumático cuando el oponente se anima a subir a la red, factor que rara vez sucede y que nos guía directamente al punto final de este apartado, porque de hecho el último defecto que echa por tierra Smash Court Tennis 3 es la manifiesta incompetencia de su IA.




Prácticamente viene a ser indiferente el nivel de dificultad en el que juguemos, y es que el rival prácticamente se limitará a devolvernos la pelota como si fuera una pared. Eso si, en las escasísimas ocasiones en las que se anima a buscar un golpe ganador o subir a la red consigue ganar siempre, obteniéndose como resultado que enfrentarse a la inteligencia artificial es una experiencia terriblemente irregular.

Por poner un ejemplo podemos jugar contra Federer y que durante un aburrido intercambio de más de cincuenta golpes, el suizo devuelva todas las pelotas al centro de la pista; sin embargo un inesperado chispazo de la IA, que nunca sabemos a qué estímulo responde, hace que nos clave una dejada a la que sea literalmente imposible llegar. Cuando la computadora quiere anotarse un punto simplemente lo hace, y no tiene en cuenta ningún factor que pueda hacer de sus disparos algo totalmente irrealista, como podría ser la fuerza de nuestro golpeo, el ángulo del tenista que ella controla o las posibilidades de acierto de su resto.


Doble Falta
Poco que destacar entre los modos de juego, que responden a los estándares habituales de un título de estas características. Las clásicas exhibiciones y torneos y un interesante modo carrera que nos permite jugar torneos o entrenar –siete disciplinas: Potencia, saque, golpe bajo, técnica, juego de pies, derecha y revés-; en lo que en conjunto supone una simple pero efectiva disposición que, como el resto del videojuego, pierde muchos enteros por el escaso interés que tienen los propios partidos.

Por otra parte entre los tenistas que aparecen en el videojuego encontramos a ocho de cada sexo, con presencias tan notables como las de Nadal, Federer, Nalbandian o las bellas Sharapova e Ivanovic entre muchos otros. Sin embargo Smash Court Tennis 3 presenta la cada vez más habitual opción entre los títulos de estas características de crear un jugador con el aspecto y constitución que deseemos. Las alternativas que se presentan son razonablemente interesantes, y podemos crear un tenista con el aspecto que deseemos de una forma bastante precisa.

En otro orden de cosas el apartado gráfico es ciertamente pobre, con un aspecto que hace parecer a Smash Court Tennis 3 un videojuego de PlayStation 2 en alta definición. Con decir que las pelotas de tenis no son esféricas debería bastar, pero estamos también obligados a recalcar las malísimas texturas, las animaciones robóticas y fatalmente encadenadas, y unos dientes de sierra que parece que pueden cortar a nuestros tenistas si se acercan demasiado a la red o a cualquiera de los escasos elementos que adornan las pistas, y que no tienen ningún tratamiento de antialiasing. Por decir algo positivo la tasa de imágenes por segundo se mantiene estable, aunque claro, con lo que hay en pantalla lo raro sería que no lo hiciese.

En lo sonoro muy poco que destacar, el sonido es correcto y las canciones, por suerte, sólo suenan en los menús.

El manual, para finalizar, resulta inusualmente completo, con casi cincuenta páginas en nuestro idioma y en color en las que se nos informa pormenorizadamente de todas las opciones disponibles en el título.

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